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A Chingá, panistas Venezolanos?
En Vivo Noticias/Sinembargo
La ex diputada, sobrina de Felipe Calderón y Margarita Zavala, Mariana Gómez del Campo organizó un foro el día anterior a la elección de su ex novio, Jorge Romero, como presidente nacional del PAN.
Era la segunda edición del foro, aunque nadie se haya enterado.
A pesar de que sólo lo estaban siguiendo en vivo mil 400 personas, fue interesante mirar la retacería de compromisos e ideas huecas que persigue en estos días la derecha mexicana.
Lo primero extraño es que se la han pasado diciendo que México “será Venezuela” pero los únicos realmente que quieren que así sea son los panistas.
Lo digo porque todo el foro giró en torno a la figura de la señora María Corina Machado.
¿Quién es ella, a la que Mariana presentó como una “heríona”, “guerrera”, “líder mundial por la libertad”?
Pues es una ex diputada que promovió un golpe de Estado en 2002, violencia paramilitar en 2014 y 2017, y pedir una intervención militar de Estados Unidos para derrocar al Presidente Nicolás Maduro.
María Corina Machado es parte de Diálogo Interamericano, una organización financiada por la OEA y el Banco Interamericano de Desarrollo.
Pero, al igual que las panistas mexicanas, es una perdedora.
No pudo ganar una interna de la oposición anti-chavista contra Henrique Capriles y éste, a su vez, perdió contra Hugo Chávez por más de millón y medio de votos.
Siguieron perdiendo contra Nicolás Maduro, a pesar de que contaron con el apoyo del Centro Carter y que las sanciones de Estados Unidos contra el país petrolero redundaron en una escasez de alimentos.
Cuando los prianistas se refieren a “ser Venezuela”, se refieren a la escasez como si fuera un problema del propio modelo económico venezolano y no resultado de las sanciones estadunidenses y europeas que María Corina Machado apoyó.
Esta ex diputada también estuvo detrás de las protestas violentas que dejaron 43 muertos en 2014 y el incendio de la fiscalía.
Maduro terminó expulsando a tres diplomáticos estadunidenses por su participación en la violencia politica.
Fue entonces que el gobierno de Venezuela la acusó de traición a la patria, por colaborar con los gringos en una intervención en asuntos internos.
Ella también trató de expulsar a Venezuela de la OEA, como se hiciera con Cuba en 1962.
No lo logró.
Estados Unidos con Obama en la presidencia ahorcó a Venezuela con 960 sanciones económicas, que trajeron un empobrecimiento de los venezolanos a niveles que no se veían desde antes de Hugo Chávez.
Pero la oposición siguió perdiendo.
A pesar de que en 2016 ganaron la mayoría del Congreso, en vez de contruir algo desde ahí, decidieron calentar con protestas violentas las calles.
Después, se atascaron en hacerse de un presidente propio, Juan Guaidó, y desconocer todo proceso democrático.
Donald Trump apretó las sanciones de Obama y amenazó con invadir Venezuela.
La USAID gastó en la oposición 367 millones de dólares, pero perdió su inversión. Guaidó, que obtuvo el reconicmiento de Estados Unidos y de la Unión Euopea fue perdiendo apoyo interno y, poco a poco, en 2021 y 2023 el externo.
La oposición perdió también la mayoría que había tenido en el Congreso.
En diciembre de 2022, el Wilson Center, del que Anthony Blinken, el secretario de Estado de los Estados Unidos forma parte, decidió orillar a Maduro a negociar con la oposición.
Se dejaron atrás las protestas violentas en las calles y, ahora, el tema fue “denunciar la represión”.
Como María Corina estaba inhabilitada, el candidato fue un ex empleado de la CIA en Nicaragua, Edmundo González.
Volvió a perder.
Pero esta vez, María Corina exhibió una actas que le daban a su candidato 70% de los votos.
Es como si tomáramos en serio a Pedro Ferriz, cuando dice que Xóchitl Gálvez ganó la elección presidencial.
Bueno, pues todo el foro de Mariana Gómez se organizó en torno a este personaje.
Para ello, se hicieron acompañar de lo que pudieron de la derecha latinoamericana, un ex presidente de Costa Rica, un senador de Colombia, y la ministra de seguridad de Javier Milei en Argentina.
Su nombre es Patricia Bullrich que dijo dos mentiras, de entrada.
La primera fue que su país, Argentina, es el segundo “país de pertóleo”, así dijo.
Es el 31, después de Arabia Saudita, Rusia, Candá, México, Brasil, es decir, casi todos.
La segunda mentira fue contra la nueva redacción de la Constitución mexicana, la de la elección de los jueces. Dijo:
“En zonas controladas por el narcotráfico se votará por jueces apoyados por el narcotráfico.
Eso es el intento de control social de la población”.
Es algo que Acción nacional ha repetido desde el principio de la reforma constitutcional:
según ellos, Genaro García Luna y el Cartel de Sinaloa controlan regiones enteras del país y obligan a los electores a votar por los suyos.
Si los carteles de la droga fueran un partido político serían el PAN, por las evidencias del pasado, pero eso no lo ven los propios panistas.
Luego, vino la diversión. El novelista Francisco Martín Moreno.
De entrada, se puso de tapete ante la argentina: “Con qué gusto hubiéramos disfrutado a Patricia Bullrich como Presidenta de México.
Tenemos una presidenta que pretende serlo pero que en realidad está escondida detrás de las mamparas de Lopéz Obrador”.
Luego el novelista se preguntó:
“¿Qué hubier pasado si América Latina hubiera estado gobernada por los Castros, los Maduros, los Trujillos?”.
Me sorprendió la mención a Trujillo.
Se refiere a Rafael Léondas Trujillo, el dictador de Dominicana, “El Chivo” de la fiesta que noveló Vargas Llosa.
Moreno es tan ignorante que no sabe que Trujillo era anti-comunista, impuesto por los Estados Unidos, aliado del dictador fascista Francisco Franco de España.
Justo lo que es su invitada venezolana.
Luego dijo que han emigrado muchos de Venezuela, Cuba y Nicaragua.
Dejar fuera de la nueva migración a Haití o, peor, a los que más emigran a Estados Unidos que son de la India o Filipinas, es para forzar la idea de que es por el temible “comunismo” que emigran las poblaciones.
Moreno cree que el comunismo existe, ahora llamado “populismo”.
Moreno también cree que López Obrador sigue siendo presidente porque dijo:
“La justicia se imparte desde los estados de ánimo del ex presidente de la república que controla el poder ejecutivo, legislativo y judicial”.
Que sea el mismo movimiento y partido el que gobierne dos periodos presidenciales, como lo fueron Fox y Calderón, vía un fraude, no quiere decir que Martín Moreno haya dicho que Fox gobernaba a través de Calderón.
Y se le olvida que Norma Piña y sus siete ministros todavía no renuncian.
Pero Moreno nos tenía reservada una broma brillante. Dijo:
“Yo creo que una de las grandes fragilidades es que fracasamos en educación. En 1821 el 80% no sabían leer y escribir y si no sabes leer ni escribir tampoco puedes generar recursos”.
Aquí sí se voló la barda: imagínense los esclavos, los peones, la servidumbre del siglo XIX que, sin saber leer, generaron todos los recursos del porfiariato.
Lo que Moreno evita decir es que la educación pública y las alfabetizaciones no comenzaron hasta un siglo después, en 1921.
Pero sin miedo a la carcajada, siguió: “Y ese 20% que sí sabía leer y escribir, que sí se capacitó, es el que crea hoy las desigualdades”.
Ay, mi primo hermano: saber leer y escribir en el siglo XIX, ¡generó las desigualdades actuales! Ni Salinas, ni Zedillo, ni Fox, Calderón-Peña, ni el PRIAN y los empresarios que no pagaban impuestos, ni los explotadores que no subieron los salarios en cuarenta años, ni las empresas extranjeras, generan la desigualdad.
Los culpables fueron los que sabían leer y escribir en 1821. Vaya.
Y se siguió ya sin freno bucal: “Pero lo peor de todo es que, sabiendo López Obrador que en México había 50 millones de pobres, lo que hizo fue disponer de los recursos públicos para regalar dinero y comprar las voluntades electorales.
Por eso lo peor que le puede pasar a un país es que un populista llegue, se apropie del ahorro público y con él se aproveche y lucre con las necesidades de la gente.
Y por mucho tiempo porque mucha gente que está muy necesitada prefiere recibir una cantidad de dinero con tal de que voten y se eternizen en el poder estos malditos morenistas. ¿Dónde termina la culpa del gobierno y dónde de la sociedad?”,