No hay un solo funcionario, militante, simpatizante, aspirante, huevón o simple mortal que no lo tenga en mente.
Alguna vez lo soñaron.
Se vieron en medio de una ola de personas cariñosas, aplaudidoras, lambisconas, entreguistas, indignas, hipócritas, casi hermanas, efusivas y hasta en fase de guías espirituales.
Otros se iniciaron engañando en casa, extorsionando maestros, copiando en exámenes, pirateando tesis, comprando títulos o falsificando cualquiera.
Luego, vieron la chanza de crecer.
En su barrio gritaron, amenazaron, robaron autopartes, carros, casas, terrenos y confianzas ajenas. Pasaron encima de compañeros en los trabajos, agandallaron beneficios y creyeron merecer mas.
Ya encarrilados vieron posible aspirar a ser parte de la casta dorada de zánganos, vividores, sátrapas, promotores del engaño, mercachifles diversos, todologos y expertos en el engaño, la mentira, el fraude, la delincuencia y la obvia impunidad.
Por eso se hicieron representantes vecinales, asesores, líderes comunales, , comisariados ejidales, regidores, jefes de cualquier departamento, proveedores, hasta llegara la ansiada presidencia Municipal.
Ahí aprendieron el oficio del engaño y la manipulación y brincaron a una curul, senaduría, gubernatura, son magistrados algunos, jueces y finalmente presidente del país.
Se hicieron especialistas en el cochupo, la simulación, la perversión en cualquier área a sabiendas de que somos el país mas corrupto del Universo.
No se cansaron e robar, mentir, acosar, humillar, piar a los demás.
Ahora se quieren volver a sacrificar en pos del país; vaya descaro, cinismo e importamadrismo.
Ni hablar, ya los veremos de chapulines, oportunistas, vivales, y corruptos abanderando cualquier cosa con tal de seguir mamando del presupuesto; así es siempre y más en estas fechas.