No las quiere uno decir, pero es un deber informar
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Bernardo Javier GARCIA MEDINA
Que tal amigos, caros y queridos lectores, sean todos bienvenidos a este su espacio y trincheras compartidos, como ha pasado desde hace décadas.
Tiembla el pulso y se agitan las palpitaciones del corazón y se duele, pero se deben compartir.
Es cuando llegan a la memoria las palabras del Padre y luego del amigo en comento:
” La única nota que no podrás hacer, que te partirá en mil pedazos y te ahogará será nuestra esquela; cuanta razón!
Primero la sorpresiva partida del amigo, periodista y maestro de Muchos Ricardo Rocha a los 76 años.
Se fue como quiso irse: menospreciando un mal en el riñón y una anemia pertinaz.
Vivió intensamente y lo hizo como le vino en gana hacerlo.
Fue reportero, Conductor, analista, columnista, referente y voz reconocida por la forma de manejar los temas.
Crítico de arte, contador de experiencias y un humilde ser humano grande y lleno de todos los bagajes del mundo.
Aunque no lo crean, Ricardo egresó como Licenciado en Administración de Empresas en la UNAM.
Le aburrieron las oficinas y se interesó mas lo que se hacia en los estudios del Canal 8 de televisión independiente de México.
En 1977 ganó el premio nacional de periodismo por su trabajo en la cobertura de la Revolución sandinista en Nicaragua.
De ahí lo jaló Televisa y el Grupo ACIR de Radio y condujo el programa Detrás de la Noticia.
En el 2001 empezó su columna en el Universal y en el 2005 se unió a la barra informativa de Televisión Azteca.
Quien no recuerda su Animal Nocturno.
Fue Director del Canal de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.
Publicó un Libro intitulado Yo corresponsal de Guerra y Consejos para Gente Grande. Radio Fórmula fue otra de sus contribuciones-
Formó escuela en muchos noveles periodistas o principiantes.
“Bernardo, uno trabaja en medios grandes, con muchas cosas, protegido, pero tu estas solo, enfrentando narcos, malandros, caciques, gobernadores, fanáticos religiosos o gente poderosa de la iglesia y de la iniciativa privada, eso vale mucho y siempre te lo he reconocido, querido amigo”, me dijo en corto cuando lo entrevisté en el auditorio de la UACJ.
Me hubiese gustado presumir la foto conmigo, pero ni el ni yo somos afectos al charol propio.
Nunca quise irme al DF ni con el ni con Juan Ruiz Healy.
Tuve con Jacobo Zablkudovsky una cercana, estrecha y cálida relación laboral, pero el Chino no me pudo convencer.
El Chino estuvo casado con Guadalupe Pineda, pero era un melómano de polendas.
A Ricardo lo conocí y admiré por su trabajo por muchos años y luego compartiendo espacios, responsabilidades, investigación de algunos temas especiales y hasta entrevistas personales.
Al tener la responsabilidad de la jefatura de Información de la corresponsalía en Televisa en Chihuahua compartimos mucho.
Aprendimos demasiado en poco tiempo.
Faltaron horas de charla, de contacto, de intercambio de experiencias, miedos, sueños, alcances, porque Ricardo fue muy generoso como ser humano.
Sensible, abierto, mordaz, intuitivo, incisivo,, punzante, culto, amante de la buena música, de la mujer inteligente y de las pequeñas grandes cosas de la vida.
Lo mismo checando información, recabando datos, investigando, redactando, compartiendo el story bor de las cosas, era un niño grande, siempre ávido de saber mas y mejor de todo.
Vuela alto y lejos mi querido Chino.
Sabemos que la muerte no existe y estuvimos preparando el sendero para la vida real, la bella, la llena de potencialidades que bien conocemos ambos.
Ricardo aunque lo sabes, recibe como un hasta luego, el mensaje de tu muchacho que es el de muchos:
“Papá abre tus alas, fuiste bueno, un hombre muy digno con los mejores valores.
Abriste brecha cuando el sistema lo tenía controlado. Dejas gran escuela periodística. Ayudaste a todo aquél que se te acercó.
Te vamos a alcanzar. Te amo. Que Dios te bendiga siempre, con él estás”.